domingo, 3 de diciembre de 2017

El bien como elección

Hacer el bien es una elección. Ser una buena persona, ser generoso con los demás, preocuparte de la gente te rodea, dar esa dósis extra por esa persona que forma parte de tu vida... es algo que se elige. Tú decides si quieres ser ese tipo de persona.

Los motivos que te llevan a "ser bueno" pueden ser o no ser altruistas. Nunca he sido muy fan del tópico "hacer el bien sin esperar nada a cambio". Siempre esperamos algo a cambio, aunque no sea algo material o físico. A veces sólo ver que tus acciones han tenido un efecto postivo sobre otra persona es suficiente recompensa, pero reconforta, le da un sentido a tu elección. Esto es lo que yo encasillaría dentro del "bien altruista"

Por supuesto, hay otros muchos que eligen comportarse de esta manera para conseguir algo real a cambio. Los interesados, los no altruistas. Estos no me interesan, ni me voy a molestar en dedicarles más de una línea.

Pero volvamos a los que deciden -como yo decidí- ser buenos porque quieren, porque se sienten bien y a gusto haciéndolo. La gente que me conoce sabe lo escéptico que soy con respecto a temas teológicos/mitológicos. Soy un ateo convencido, no creo en entes superiores guiando nuestros caminos y decidiendo por nosotros. De la misma manera, no creo en el 'destino', ni en que las cosas ocurran porque ya están escritas, o que las cosas "ocurren por algo", porque en resumidas cuentas esto nos lleva en últimos términos a ese ser todopoderoso que escribe nuestro devenir. Según mi forma de ver, vivimos una cadena de causa-consecuencia, y lo que tú -y el resto de la gente- haga hoy tendrá una consecuencia mañana sobre ti mismo y sobre los demás. Cuando esto ocurra, no será porque el destino lo había decidido; no será más que el efecto de aquella(s) acción(es).

La vida no deja de darte lecciones, incluso cuando menos te lo esperas. Ante ciertos acontecimientos recientes que han supuesto un cambio más que radical en mi vida, unos me dicen que es el destino, que estaba escrito y que todo está ocurriendo con un propósito. Que no me preocupe. Que yo no soy dueño de lo que tenga que venir. Siéntate y espera, observa como el que pone Netflix y ve una serie sobre su propia vida.

Bullshit.

Muchos otros, creen que la lección que debo aprender es que no hay que ser tan bueno. Que hay que ser más egoísta, que no piense tanto en los demás, porque el ser humano así es por naturaleza y no siempre se me va a agradecer mi bondad.

More bullshit.

Vuelvo a mi premisa inicial: Ser bueno es una elección. Yo he elegido ser así, y quiero seguir siendo así. Que una persona haya decidido ser egoísta, o un hecho demuestre que no todo el mundo apuesta por la bondad ni sabe apreciar la del prójimo no me va a cambiar. No me va a hacer malvado. No quiero ser así. No, amigos, esa no es la lección. Me la trae al pairo que otras personas se aprovechen de ello. Allá ellos con su conciencia.

La verdadera lección que saco de todo esto es que no quiero dejar de ser fiel a aquello por lo que siempre he apostado. Me la jueguen o no. Sepan o no apreciar lo que yo haga o deje de hacer por los demás. Si sigo actuando bien, estaré tranquilo conmigo mismo, seré feliz siendo como quiero ser, y en algún momento llegarán buenas consecuencias. O no. Pero con mi conciencia tranquila.

Lo siento, pero no me voy a rendir.

Javi

P.D.: Sí, he escrito en mi blog cuatro años después de mi último post. Nada tiene que ver con el propósito de este blog, que era contar mi aventura en Noruega, donde sigo viviendo. Simplemente me apetecía escribir, y no tenía ganas de abrir otro blog sólo para publicar un texto. Total, para eso están los blogs, para dar la turra, sea del tema que sea, ¿no?

2 comentarios:

  1. Me alegra de nuevo saber de ti. Solo espero que os vaya bien.

    ResponderEliminar
  2. Javi, cuántas veces me habré leído tu blog.. Inspiración total. Gracias.
    Josep

    ResponderEliminar