sábado, 20 de abril de 2013

Falso paraíso

Hola amigos.

Sé que por momentos os planteáis si he sido asesinado por un Breivik cualquiera de los que andan sueltos por Noruega, o simplemente si estaba tan hasta las narices del blog que lo he tirado por la ventana (lo que sería una chorrada, porque vivo en un bajo). La cosa es que no, que no estaba muerto, que estaba de parranda. Mucho lío, y cuando no tengo lío, me dedico a otros menesteres en mi tiempo ocioso. Pero como siempre prometo volver, lo prometido es deuda y aquí estoy de vuelta.

En esta entrada encontrarán algunas reflexiones y conclusiones que ya han sido descritas en alguna de las anteriores 19 entradas publicadas a día de hoy. Pero siempre quise hacer una recopilación de las mismas. Y a raíz de un artículo publicado en el periódico Voz Pópuli y que me hizo llegar, reclamando una opinión, mi gran amigo y mejor periodista Curro Troya (@CurroTroya en Twitter), me he lanzado a hacerlo. El artículo lo podéis encontrar aquí y el título no puede ser más impactante a la vez que esclarecedor.

El título de esta entrada trata también de recoger en tan sólo dos palabras el mensaje que pretendo transmitir. Quede claro, de antemano, que la información aquí vertida puede no ser del todo exacta, que puedo haber llegado a conclusiones erróneas, ya que todo lo descrito se basa en lo que he podido aprender en 6 meses en la capital noruega, lo que he podido escuchar, las historias que me han podido contar, etc.

Efectivamente, amigos, Noruega, como cualquier otro país del mundo, es un falso paraíso. Como bien define el artículo, los programas como "Españoles por el mundo" o "Callejeros viajeros", muy populares en España, han ejercido de canto de sirena, han contribuido a alimentar falsas esperanzas, aprovechándose de toda esa gente que necesitaba un clavo ardiendo al que agarrarse. Yo también he pasado horas en España, delante de la pantalla, imaginándome lo maravillosa que podía ser mi vida en esos países, tal y como lo describían en el programa. Pero es que estos programas aplican un filtro que el televidente desconoce. El efecto "canto de sirena" se debe a que sólo presentan la conclusión, la situación puntual de la persona que protagoniza el reportaje en el momento que se graba. Nada se sabe del camino que ha seguido dicha persona, las dificultades que ha pasado hasta que ha llegado a esa (generalmente) maravillosa situación descrita. Y estoy convencido de que estos protagonistas de los programas lo cuentan, explican todo esto a las cámaras. Pero todo queda atrapado en las redes del que yo llamo filtro "pa qué lo voy a contar si esto me echaría abajo el negocio". 

Bien, afortunadamente Blogger, Blogspot, o comoquiera que se llame, no aplica este filtro, así que hablemos del camino. Aquellos que hayan leído mi blog asiduamente conocerán el camino que hemos seguido, pero para los nuevos y los más vagos, trataré de explicar lo que hemos vivido aquí. 

Noruega es un país próspero, rico, bien estructurado y fuerte en valores. Sí, amigos, Noruega es un país de puta madre para vivir. Pero para poder considerar que estás viviendo en Noruega, has de superar una serie de barreras bastante duras. Lo primero de todo, como bien desarrolla el artículo de Voz Pópuli, tenemos el tema económico. Oslo es una de las capitales más caras de Europa, por no decir la que más. Bueno, para ser más exactos, no es nada cara en relación al salario medio noruego, pero es obscenamente cara en comparativa con la renta media española (si es que tienes alguna, que ya es difícil). Esto significa que el desembolso o inversión (me gusta llamarlo así, es una inversión para buscar un futuro) inicial si decides trasladarte a Noruega es enorme. El alquiler de una simple habitación en un piso compartido nunca estará por debajo de los 600-700€. Y un estudio o piso de un dormitorio siempre supera los 1200-1300€. Con lo cuál, es muy importante haber ahorrado una buena cantidad antes de trasladarse impulsivamente a este país. Y hay que tener claro que aunque los ahorros sean cuantiosos, vas a necesitar un trabajo muy pronto. Si no, es técnicamente imposible subsistir, y se llegan a situaciones desesperadas como las descritas en el artículo, o como ya se encargaran de contarnos los amigos de "21 días", también de la cadena televisiva Cuatro. Este reportaje, publicado casi al mismo tiempo que un artículo en El País, presentaban la otra cara de la moneda: Noruega es horrible, la gente lo pasa fatal, aquí no hay quien viva (aquí no, aquí no, uh). Y qué quieren que les diga, ni una cosa, ni la otra. Pero ya saben cómo somos en España: o calvo, o con tres pelucas. Por eso me parece tan fantástico el trabajo que realiza Jordi Évole en su programa "Salvados" de La Sexta. Siempre muestra las dos caras de la moneda, y tú ya decides con qué quedarte de cada una. Él ha sido el último que ha pisado suelo noruego para hacer un reportaje, y podéis verlo aquí

Bajo mi humilde opinión, creo que estas situaciones negativas extremas se generan al juntar en la misma ecuación dos conceptos peligrosos por sí solos: pura desesperación + grave desinformación. Esta fórmula augura un resultado difícilmente positivo.

Muchos podéis lanzar alguna pregunta que ha quedado en el aire: "De acuerdo, Javier, si la cosa consiste en encontrar trabajo para subsistir, y Noruega tiene una tasa de paro tan baja, ¿dónde está el problema? Ya está, yo me planto allí, con mis maletas, mi desparpajo y mis ganas de salir adelante y a vivir que son dos días." Pasamos a la segunda gran barrera: el idioma. En Noruega se habla noruego. Qué raros estos noruegos, ¿eh? ¿Qué será lo siguiente, que se hable francés en Francia? (Por cierto, no tiene nada que ver, pero Platiní, eres un mierda, que lo sepas). Los escandinavos son conscientes de que sus idiomas son raros, o al menos son altamente inútiles fuera de Escandinavia, por lo que todo el mundo, vayas donde vayas, habla inglés si la situación lo requiere. Esto no significa que te vayan a contratar en una tienda de ropa hablando inglés, ya que Noruega tiene esa fea manía de estar llena de noruegos, a los que les gusta que les atiendas en su idioma. Lo dicho, qué gente más rara. Pero claro, los españoles vamos más allá. Parte debido a un sistema educativo podrido (y cada vez más) que ningunea la enseñanza de idiomas (véase cómo están las Escuelas Oficiales de Idiomas, por ejemplo, o el nivel de inglés que se aprende en los institutos), y parte debido a nuestra chulería innata basada en aquello de "el español lo hablan yoquésécuántos cientos de millones de personas, pa qué voy a aprender inglés", la cosa es que muchos españoles se presentan aquí, al igual que en otros países europeos, como dicen en mi tierra, sin hablar ni papa de inglés. Y así, amigos, ¿qué queréis que os diga? El noruego puede tener buena voluntad, puede requerir mano de obra. Pero el noruego no va a regalar su dinero a una persona que no es siquiera capaz de hablar un idioma neutral que, por el motivo que sea, es oficiosamente el idioma universal. Y aquí está, por tanto, la segunda fuente de fracasos que desembocan en situaciones extremas, llegando en ciertos puntos hasta la mendicidad o el tener que acudir a diario a Cáritas para tener qué echarse a la boca.

Por tanto, para aquellos que estén en duda, siento ser así de duro. Si no sois capaces de mantener una conversación medianamente decente en inglés, NI OS MOLESTÉIS. Insisto, esto no es un paraíso. Es un país que quiere crecer y que necesita de mano de obra útil para ello. Algunos me diréis: "Joder, Javier, qué cruel eres. No tiene por qué salir mal. Pues yo sé de un amigo que...". Por supuesto, los hay. Pero hay que tener mucha suerte. Y cada vez más, pues el efecto llamada existe, es real y palpable, por lo que cada vez hay más y más personas en esta situación, dispuestas a trabajar de cualquier cosa pero sin poder comunicarse en ningún idioma. Repito, mi consejo es que estudiéis idiomas y entonces lo intentéis. Antes no. Al menos no aquí.

Pero la cosa puede complicarse aún más, si cabe. La tercera barrera es menos radical, pero también existe. Pongámonos en situación. Supongamos que tienes unos buenos ahorros, y/o que tienes la suerte, como en nuestro caso, de no tener que pagar alquiler los dos primeros meses. Supongamos que hablas inglés lo suficiente para pasar una entrevista de trabajo. De acuerdo. ¿Qué más puedes ofrecer? ¿Tienes estudios? ¿Experiencia? ¿De qué estás dispuesto a trabajar? Estas son preguntas que debes hacerte. Vuelvo a ser radical, pero, a riesgo de ponerme pesado, repito que esto es un falso paraíso. Noruega necesita, en términos generales, ingenieros. De todo tipo. Da igual. Ingeniero civil, naval, mecánico, industrial, telecomunicación, informático, acústico. Lo que sea. Por lo que he podido saber, el jóven noruego medio, acostumbrado a una vida acomodada y a un país donde puedes emanciparte a los 22 años con un trabajo normalito, no se molesta en estudiar un coñazo de carrera como es una ingeniera. Más de 6 años estrujándose el cerebro... no les merece la pena. Por tanto, en un país en expansión, y con la necesidad de seguir extrayendo petróleo por los siglos de los siglos, la demanda de ingenieros es altísima. Así que, si además de tener ahorros y de hablar idiomas, eres ingeniero, probablemente tengas éxito en tu aventura. Ahora, si no lo eres, entonces no puedo asegurarte nada. Por ejemplo, cualquier título universitario de economía, empresariales, ADE, publicidad, marketing... no son demandadas aquí, ya que hay miles de jóvenes noruegos con títulos como esos. No te digo nada ya si no tienes título universitario. Las cosas se complican, y mucho. De todas maneras, si respondes a la última pregunta planteada con un "estoy dispuesto a trabajar de lo que sea", entonces quizás tengas suerte. Podrás encontrar un trabajo de camarero, o de personal de limpieza, y poco a poco, con mucha paciencia, y el paso de meses/años, labrarte un futuro en Noruega. Es lo que he podido saber. Conocimos a una chica española, titulada en Magisterio, que lleva  tres años en Oslo. Ha trabajado de camarera, limpiadora, repartiendo publicidad, y todo lo que le fue saliendo. Y ahora, con un nivel altísimo de noruego (aparte del inglés que ya traía de casa), le acaba de salir por fin su primer trabajo como profesora, en este caso de español en un instituto, y tan sólo es una sustitución de unos meses, por lo que mantiene su trabajo de camarera por las noches, pegándose una paliza sobrehumana de dos turnos de trabajo diarios. Con suerte, y con el tiempo, espero que acabe dedicándose en exclusiva a la enseñanza, ella lo merece más que nadie. Esto es lo máximo a lo que se puede aspirar en esta situación, para ser honestos.

Ah, y no olviden, nosotros por suerte cumplíamos los tres requisitos, estábamos preparados para las tres barreras (ambos somos ingenieros), y aún así, mi querida MJ ha tardado cinco meses en conseguir trabajo. Ni uno, ni dos, ni tres, sino cinco. Eso, traducido a coronas noruegas (NOK) o a euros, es mucho dinero. Afortunadamente yo pude encontrar trabajo a los dos meses de llegar, cosa que, según me cuentan mis compañeros, es casi un milagro. Prácticamente ninguno conoce de un caso de encontrar tan rápido trabajo. 

Así que amigos, el resumen de esta entrada es que para abordar con éxito una contienda de tamañas dimensiones, hay que en primer lugar ser realistas, y conocer las posibilidades de éxito. Y una vez tomada la decisión, lanzarse y, como dice mi padre, "amarrarse los machos", estar dispuesto a sufrir, a rozar por momentos la desesperación, y luchar, luchar sin parar hasta conseguirlo. Porque sí, no me canso de agradecer a viva voz a Noruega la oportunidad que nos ha dado, el futuro que me está prometiendo. Pero no olviden que los paraísos, sólo existen en los libros de ficción. Noruega, amigos míos, no es un paraíso.

Saludos.

5 comentarios:

  1. Pues si, Javi: el españolito criado bajo la falsa bonanza de la burbuja inmobiliaria, que abandonó los estudios primarios antes de acabarlos, que no sabe ni "papa" de inglés y que no tiene ninguna titulación, todavía cree que Noruega es la solución a todos sus problemas. Es fantástico que publiques entradas como éstas, que abran los ojos a cualquiera que todavía se plantee irse a este "falso paraíso" sin idioma, sin titulación y sin dinero. Saludos!

    ResponderEliminar
  2. yo tengo casa allí y en breve un título....

    ResponderEliminar
  3. Un aplauso grande, me toca mucho las narices esa distorsión de la realidad que es la televisión, hasta el punto de la llamadita del familiar lejano de "oye, que ha salido por la tele, tu no tendrás algo para mí por allí, ¿no?" como si esto fuera jauja...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Guillermo. Efectivamente, hay dos situaciones muy típicas que me han llevado a escribir esto. La primera de ellas es la que tú cuentas, ya sea en tono serio o en tono jocoso: "A ver si me encuentras algo por allí...", "¿No necesitan por allí a un [INSERTE AQUÍ PROFESIÓN]?", etc. Y la segunda es en la que desde España, insisto, desde España, tratan de desvirtualizar y decir: "¿Pues Noruega no es tan rico y tiene tan poco paro? Pues mira qué mal lo están pasando muchos españoles allí". Claro, amigo, pregúntate quién y qué hizo para llegar a esa situación. Como me han enseñado desde pequeño, las cosas claras y el chocolate espeso.

      Eliminar
  4. "Por cierto, no tiene nada que ver, pero Platiní, eres un mierda, que lo sepas" este sería el titular en según qué medios #yatusabes jejeje...

    Mu güeno... de los megores post!!

    ResponderEliminar